domingo, 9 de febrero de 2014

Hablando del apego

Trabajar el apego puede resultar  unos días mas fácil y otros un suplicio pues  parece que nos pegan con pegamento invisible a nuestras  cosas o a las personas que tenemos al  lado, sin embargo esos días coinciden con momentos en que el amor por nosotros mismos parece estar de descanso y escondido en algún lugar recóndito de nuestro corazón . Esos días el sufrimiento es mayor porque sentimos que no somos nada si no tenemos a lo que aferrarnos, ya sean cosas materiales o personas y sufrimos cuando se nos rompe o se va el motivo de lo que creemos que nos hace feliz, incluso nos sentimos culpables por no haberlo podido retener a nuestro lado.
Pensamos que mientras mas personas o cosas tengamos cerca mejor estaremos, pero nos pasamos la vida queriendo cambiarlas para verlas a nuestra manera.
No entendemos lo que significa amar, esperamos siempre ser correspondidos en la misma medida, porque lo que nosotros damos nos tiene que ser devuelto.Incluso el amor a nuestros hijos que se dice que es el amor mas grande que existe lo condicionamos al comportamiento y las expectativas que tenemos de ellos y nos sentimos burlados y frustrados si no son como pensamos que debieran.
Sin embargo amar no significa ser correspondido, no es ser amado.
 Amar es dar sin pedir nada a cambio consintiendo las diferencias y aceptando a cada cual tal como es.
Nuestros hijos no son apéndices que salen de nuestro cuerpo, son almas que han decidido estar a nuestro lado para aprender y que aprendamos juntos así que no podemos pedirles que se comporten a nuestra imagen y semejanza  o con el ideal de persona que nosotros queramos que sean.Igual
 pasa con nuestras parejas y demás relaciones, la mayoría de las veces los conflictos vienen de no aceptar a las personas tal cual son.
Por todo esto es fundamental aprender a querernos a nosotros mismos, aceptarnos con nuestros defectos y virtudes, comprender que todo eso es lo que conforma nuestro carácter y nos hace ser  lo que somos. Así aprenderemos a aceptar a los demás.
 Un manzano no puede dar peras, ni un ciruelo manzanas pero todos tienen sus raíces bien plantadas en la tierra y se alimentan con la misma agua y el mismo sol.
Aceptarnos cada uno tal cual somos con nuestras distintas maneras de ser y apreciando nuestras diferencias es vernos unidos en espíritu, saber que somos parte de un todo y que cada cual tiene un tiempo y un aprendisage
Todos estamos haciendo un viaje y vamos en el mismo tren, pero cada uno tiene previsto bajarse en una estación diferente, unos antes y otros después somos tantos y el tren tiene tantos vagones que solo coincidimos con las que van en nuestro mismo vagón, ellas son las personas mas cercanas. disfrutemos cada instante de ese camino, viendo el paisaje y compartiendo en armonía con nuestros compañeros  haciendo de nuestras diferencias un complemento que nos enriquece, amándolos tanto que formen parte de nosotros. Así cuando tengan que irse sabremos que están en nuestro corazón como nosotros estaremos en el suyo, puede que echemos de meno su contacto pero su esencia es nuestra misma esencia  y si pensamos en ellos con amor podemos sentir la alegría de su presencia en nuestro corazón,
Vanadis

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